100 APUNTES ración: mejor compañía y la mejor compañía, los hacía corresponder exactamente a tal escala. Así, si la compañía de un caballero era buena, la de un barón era mejor, y la de un lord era la mejor de todas, siempre que no fuera un lord pobre, pues en ese caso la de un caballero rico podía ser tan buena a lo menos como la de aquél. Por consiguiente, según la regla de Mr.
Softy, el gran fin con que se debía escoger a los compañeros era, con respecto a un joven, el de avanzar en el mundo por el influjo y utilidad de ellos, y debían ser preferidos los que al efecto ofrecieran las mayores probabilidades.
Mr. Manly, por su parte, entendía sencillamente por buena compañía la que era provechosa a las buenas costumbres y al entendimiento; y por la mejor compañía, la de la persona que a un alto grado de esas cualidades añadía verdadera urbanidad de maneras. Como las ventajas superiores en cuanto a educación acompañan hasta cierto punto a la preeminencia de la posición social, deseaba que su hijo prefiriera como compañeros a aquellos cuya posición en la vida les había dado la oportunidad de ser bien educados. Mas estaba muy lejos de desear que se apartara del mérito y de los talentos dondequiera que los encontrara.
Mr. Softy tenía extremada aversión a la baja compañía, términos con que designaba a los in