A PUNTES 97 niobras de lo más pueriles, y un «brujo» llegó a equivocarse nueve de cada diez veces, en una serie de experimentos en los que sólo tenía que responder sí o nó. Mis colegas y yo, dice, sin ponernos de acuerdo hemos confundido a nuestro antojo a varios «brujos. célebres, haciéndolos caer en las trampas de carácter científico que les pusimos. Uno de mis amigos más eminentes, Maurice Lugeon, profesor de la Universidad de Lucerna, piensa que los «brujos» son locos o estafadores; en cuanto a mí, declaro honradamente que al lado de iluminados y adivinos, existen timadores conscientes, bien organizados.
Sin embargo, hasta ahora, Kalsin confiesa que no ha encontrado ninguno que obrase de buena fe y ha optado por callar su opinión respecto a tales procedimientos.
Muy semejantes son las opiniones de otros sabios, y todos coinciden en que, desde el punto de vista científico y dada la gran cantidad de fracasos registrados, tales varitas y péndulos mágicos no son sino aparatos que sólo sirven para explotar la ignorancia de los profanos. mayor abundamiento, el ilustre sabio francés Augusto Lumière, que ha consagrado gran parte de sus actividades al estudio de la radioestesia, acaba de emitir su opinión en un concienzudo estudio digno de ser conocido de la gente culta, en que menciona los fracasos comprobados de esta seudociencia y los errores co