94 APUNTES Un mozo tuerto, cojo y lazarino, con barros como cuentas de rosario, matrícula pidió en un seminario, con ánimo de ser hombre divino.
Era piadoso al par que humanitario, y rezaba en latín sin ser latino, dondequiera que viese un lechuguinot le hablaba del Infierno y del Calvario.
yan Pero en alguna parte cierto día lo miraba una bizca y le tosia, de su clásico gusto haciendo alarde, da y él se dijo entre si: si ésta me quiere, por lo pronto me caso, luego muere, y. para hacerme cura nunca es tarde.
No espere nada la democracia: de nada le servirán las reformas mientras se valga del estúpido sistema de contar las cabezas sin considerar lo que contienen. LEESE El trabajo continúa siendo la gran ley humana, y todo lo que es concebido fuera del respeto de esta ley está condenado, tarde o temprano y con más frecuencia temprano que tardeal hundimiento.
RENÉ BELIN