APUNTES 67 en suma, su normal destino. Algunos pueden hacerlo todavía, pero son poquísimos. todos los demás han de resignarse a que sus pensamientos se pierdan en el estremecimiento de las ondas. Dolorosa prueba!
Todo hace suponer al observador atento que, en años próximos, multitud de casas editoras van a tener que cerrar sus puertas. Las grandes revistas que sirven todavía a numerosos trabajadores, investigadores y espíritus inventivos, las grandes revistas no resistirán, si a tanto llegan, sino mediante maniobras económicas y políticas ajenas a la literatura. El «mercado exterior, como dicen los especialistas, está ya casi cerrado. El «mercado interior es débil, vacilante.
La librería agoniza. Las nuevas condiciones del trabajo y, por otra parte, el fisco, vienen planteándole problemas que aquélla no está en condiciones de resolver. El hombre que hasta ayer se titulaba «escritor. siente que muy en breve va a convertirse en un «charlista. No es que vaya a desaparecer: se le necesita todavía. Va a continuarse, a prolongarse dentro de una sociedad nueva; pero se hallará despojado casi de sus más antiguos privilegios.
La radiodifusión del Estado puede servirnos de ejemplo, pues necesita de lo inédito. Está en ello su fuerza: puede ofrecer a su auditorio frases nuevas, y tiene excusas atendibles, ya que viene a dar cabida a textos que, sin ella, corre.
Biblioteca Naciota!
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