458 APUNTES Quien llega a un país llevando como equipaje intelectual una idea de su estructura interna, pronto podrá darse cuenta de que el interés de su viaje aumenta enormemente. Donde el viajero impreparado no verá sino algo ordinario, el otro descubrirá detalles dignos de atención.
Las figuras talladas en la puerta de un templo carecerán por completo de significado para el viajero que no se haya tomado el trabajo de prepararse para interpretarlas. Quizá desde la ventanilla del carro de ferrocarril, viendo huir fugaz el paisaje, observe una llanura que para el turista ordinario no pasará de ser un campo llano, sin nada de particular un tanto aburridoy para quien ha adquirido conocimientos suficientes para apreciar el panorama con ojos inteligentes, es posible que aquello sea el escenario de una cruenta batalla librada en alguna de las grandes guerras.
Si como preparación, antes de emprender un viaje, se lee a los grandes maestros de la literatura, en las obras que tengan por escenario el país que se va a visitar, el placer se acrecentará inmensamente. Mencionaremos, por ejemplo, a Saumur, en Francia. Con cuánta luz vive en la mente el viajero que haya leído la Eugenia Grandet de Balzac! ¡cómo emociona a algunos viajeros la vista de ciertas aldehuelas de Normandía, cuando han leído Madame Bovary! en la catedral de Notre Dame, ya de suyo