436 APUNTES Dios gracias vamos avanzando en el camino de un entendimiento con la República de Panamá, como lo demuestra el hecho de que este arreglo, en que estábamos empeñados, hubiera llegado ya a cristalizarse en un pacto formal de las cancillerías de ambos países. La suerte de la República ha de querer que otro gobierno sea más afortunado que el mío, cuando la comprensión destruya los obstáculos con que la intransigencia me ha obstruido el paso.
Paralizado ese esfuerzo, en que puse toda mi devoción a Costa Rica, tengo que sentirme orgulloso como el que más de que con la tesis del Presidente Cortés haya estado una lucida mayoría del Congreso. Estoy también ufano del valioso refuerzo que me prestaron destacados costarricenses, y mi voto de gratitud ha de ser aún más grande para el señor ex Presidente Jiménez, cuyo gesto de generoso patriotismo habrá de reconocer nuestro pueblo en no lejano tiempo. Don Ricardo sacrificó la feliz tranquilidad de que disfruta en su hogar, y se prestó a ser blanco de insultos y diatribas, por rendirle al país un nuevo servicio.
Desgraciadamente, las gentes que mayor beneficio recibían del arreglo, los trabajadores del campo a quienes éste más directamente favorecía, porque ponía término a los posibles conflictos que pueden algún día aciago arrancarlos de la fecunda seguridad de sus labores, no hicieron oír