APUNTES 429 de un rito cualquiera sin disminuir el número de personas que lo practican.
Las verdades científicas no son simpáticas al vulgo. Los pueblos viven de mitología: buscan en la fábula todas las nociones indispensables a su existencia. No es mucho lo que desean, y algunas humildes patrañas bastan para dorar millones de vidas. La verdad no encuentra buen acogimiento entre los hombres; y sería una desdicha que lo encontrara siendo, como es, tan opuesta a su genio y a sus intereses. Señor Bergeret: discurre usted como los griegos dijo el señor Leterrier. formula sofis, mas deliciosos, y sus razonamientos parecen modulados en la flauta de Pan. Sin embargo creo con Renan, creo con Emilio Zola, que la verdad lleva en sí una fuerza penetrante de que no gozan el error ni la mentira. Digo: la verdad, y me comprende usted, sin más explicaciones, porque las hermosas palabras Verdad y Justicia bastan, sin definirse, para expresar perfectamente su exacto sentido. Tienen por sí mismas una belleza que resplandece y un fulgor celestial.
Creo en el triunfo de la Verdad, y esto me sostiene y me anima para resistir las pruebas a que ahora me hallo sometido. Me complacería que acertara usted, señor mío dijo Bergeret. Pero, en tesis general, las ideas que nos formamos de los hechos y de los hombres, rara vez estarán de acuerdo con