APUNTES 427 bres. La mentira, por el contrario, tiene recursos maravillosos. Es dúctil, es plástica, y también, jatrevámonos a decirlo. es natural y moral. Es natural, como todo producto ordinario del mecanismo de los sentidos, fuente y recipiente de ilusiones; es moral, por lo que concuerda con las costumbres de los hombres que, viviendo en comunidad, han fundado en la idea del bien y del mal sus leyes divinas y humanas sobre las interpretaciones más antiguas, más santas, más absurdas, más augustas, más bárbaras, y sobre los fenómenos naturales de más engañosas apariencias. La mentira es el principio de toda virtud y de toda belleza entre los hombres. Así vemos figuras con alas e imágenes sobrenaturales embelleciendo sus jardines, sus palacios y sus templos. Siempre se oyen con gusto las mentiras que dicen los poetas. Quién nos induce a li.
brarnos de la mentira buscando la verdad? Semejante empresa sólo podría ser inspirada por una curiosidad de decadentės, por una culpable temeridad de intelectuales, y significaría un atentado contra la naturaleza moral del hombre, contra el orden social, constituyendo un agravio para los amores y las virtudes de los pueblos.
El triunfo de la verdad sería funesto si pudiera, de pronto, realizarse. Lo destruiría todo. Pero es imposible. Nunca se impone la verdad contra la mentira. Es evidente dijo el señor Leterrier que