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APUNTES APUNTES 419 lo cual repuso el poeta, mientras desdoel documento. En la continua batalla que al entendimiento ofusca, siempre el papel que se busca es el último que se halla. unque Gutiérrez González era católico a maartillo, solía engarzarse en discusiones teois más que todo por chanza con su cuel ilustrísimo obispo doctor José Joaquín na vez estaban los dos en la tertulia de mesa, en el palacio episcopal de Medellín, aron discusión sobre la fe. Entre dimes y 5, le preguntó el prelado a su hermano o: Entonces tú cómo defines la fe?
lo cual respondió el poeta. Mira, Joaquin, que la fe es ver lo que nunca vemos, saber lo que fue o no fue, creer lo que no creemos. porque el pan sin gloria prima sobre la gloria.
sin pan; pues hay gentes que piensan que un poeta no sirve sino para hacer versos inclusive cierto ilustre prelado, que le prohibió a cierto magnífico poeta tonsurado hacer versos, diz que porque éstos estaban reñidos con las funciones sacerdotales.
Esto me recuerda la tan sabida anécdota de Eduardo del Palacio.
Ello fue que, siendo don Juan Valera embajador de España en Alemania o en Austria, tenía como uno de los altos empleados de la embajada.
a Eduardo del Palacio. En una fiesta que hubo en la embajada, a la que asistió el ministro de instrucción pública, el señor Valera le presentó a sus empleados. Llególe el turno de la presentación a don Eduardo, y Valera dijo. Señor ministro, tengo el gusto de presentarle a mi compañero el poeta don Eduardo del Palacio. el ministro, con toda la insolencia teutona.
de aquellos tiempos, preguntó. Poeta? para qué sirve un poeta? lo cual contestó Eduardo del Palacio, con la más exquisita cortesía. Un poeta sirve para ministro de instrucción pública, como usted, y además para hacer versos, como no sirve usted.
Volviendo a Muñoz Londoño, quiero referirme Cristo y el puñal. Don Roberto Muñoz no es un inspiradísimo poeta colombiano, npezó brillantemente, pero que dejó de esversos al menos dejó de publicarlos