APUNTES APUNTES 407 Historia Anecdótica Un gentil caballero surge detrás del mostrador: POR JULIO VIVES GUERRA café huérfano. Acaba de morir don MaTurillo, y con él se aleja una de las más res figuras de Bogotá.
rante medio siglo vio Bogotá a don Manuel en el mismo sitio, siempre sonriente, correcto, siempre señor, ostentando tras trador su cara franca y amplia, rematada esa perilla que lo hacía semejarse a uno personajes de Rembrandt. está fresca la pluma con que se escribió Dco la fantasía sobre el Café de La Gran Es don Manuel Murillo que, como el Ragueneau de Cyrano, mima a los poetas y rie con ellos, siempre gran señor, cuyo pergenio recordar parece las figuras aquellas que pinto Rembrandt en los claroscuros.
Es acaso El Doctor Anatomista? Un reitre de La Ronda de Noche? Es uno de los que el pintor de luces negras y de sombras fúlgidas inmortalizó!
Café antañero de La Gran Via, entado tristemente en un rincón contemplo a la luz de los recuerdos evoco el tiempo que pasó.
on los ojos del alma veo, panorámica visión, los bohemios que antaño recinto abrigo: úsicos y poetas te, buscando el calor tus arcadas, hasta ti llegaban, los labios trayendo una canción trayendo alegria el corazón.
Sin ser un artista, ni un intelectual, fue un buen lector, y nadie puede recordar a los intelectuales y artistas del novecientos, sin recordar a don Manuel Murillo.
Porque fue como un hermano de todos ellos.
Para todos tenía una palabra amable, un aplauso y una sonrisa.
Los oídos de don Manuel Murillo recibieron en sus caracoles las notas estridentes de La Carcajada del Diablo, los tempestuosos serventesios del Idilio Eterno, las tristes modulaciones del Músico Bohemio, los melancólicos zumbidos de La Abeja, los regocijados chispazos de Castor y Pólux; y para todos tenía sus sonrisas y sus frases alentadoras.