LiberalismViolence

APUNTES APUNTES 899 a empezamos a ver esto con sobrada clariporque la acción directa consiste en inel orden y proclamar la violencia como ratio, en rigor, como única razón. Es ella rma que propone la anulación de toda norma, uprime todo intermediario entre nuestro proy su imposición. Es la Carta Magna de rbarie.
onviene recordar que en todo tiempo cuando asa, por uno u otro motivo, ha actuado en la pública, lo ha hecho en forma de acción ta. Fue, pues, siempre el modo de operar al a las masas, y corrobora enérgicamente is de este ensayo el hecho patente de que cuando la intervención directora de las en la vida pública ha pasado de casual e uente a ser lo normal, aparezca la acción a oficialmente como norma reconocida.
bda la convivencia humana va cayendo bajo nuevo régimen en que se suprimen las insis indirectas. En el trato social se suprime nena educación. La literatura como «acción as se constituye en el insulto. Las relacioexuales reducen sus trámites.
rámites, normas, cortesía, usos intermediausticia, razón. De qué vino inventar todo crear tanta complicación? Todo ello se reen la palabra civilización que, al través de a de civis, el ciudadano, descubre su propio. Se trata con todo ello de hacer posible la ciudad, la comunidad, la convivencia. Por eso, si miramos por dentro cada uno de esos trebejos de la civilización que acabo de enumerar, hallaremos una entraña en todos. Todos, en efecto, suponen el deseo radical y progresivo de contar cada persona con las demás. Civilización es, antes que nada, voluntad de convivencia. Se es incivil y bárbaro en la medida en que no se cuenta con los demás. La barbarie es tendencia a la disociación. así todas las épocas bárbaras han sido tiempos de desparramiento humano, pululación de mínimos grupos separados y hostiles.
La forma que en política ha representado la más alta voluntad de convivencia es la demccracia liberal. El liberalismo es el principio de derecho político, según el cual el Poder Público, no obstante ser omnipotente, se limita a sí mismo y procura, aun a su costa, dejar hueco en el Estado en que el impera para que puedan vivir los que ni piensan ni sienten como él, es decir, como los más fuertes, como la mayoría. El liberalismo conviene hoy recordar esto es la suprema generosidad: es el derecho que la mayoría otorga a las minorías y es, por tanto, el más noble grito que ha sonado en el planeta. Proclama la decisión de convivir con el enemigo; más aún, con el enemigo débil. Era inverosímil que la especie humana hubiese llegado a una cosa tan bonita, tan paradójica, tan elegante, tan acrobática, tan antinatural. Por eso no debe sor