394 APUNTES Hoy, en cambio, el hombre medio tiene las ideas más taxativas sobre cuanto acontece en el universo. Por eso ha perdido el uso de la audición. Para qué oír, si ya tiene dentro cuanto hace falta! Ya no es razón de escuchar, sino, al contrario, de juzgar, de sentenciar, de decidir.
No hay cuestión de vida pública donde no in.
tervenga, ciego y sordo como es, imponiendo sus opiniones. Pero no es esto una ventaja. No representa un progreso enorme que las masas tengan «ideas. es decir, que sean cultas? En manera alguna. Las «ideas de este hombre medio no son auténticamente ideas, ni su posesión es cultura. La idea es un jaque a la verdad. Quien quiera tener ideas, necesita antes disponerse a querer la verdad y aceptar las reglas de juego que ella imponga.
No vale hablar de ideas u opiniones donde no se admite una instancia que las regula, una serie de normas a que en la discusión cabe apelar.
Estas normas son los principios de la cultura.
No me importa cuáles. Lo que digo es que no hay cultura donde no hay normas a que nuestros prójimos puedan recurrir. No hay cultura donde no hay principios de legalidad civil a qué apelar, No hay cultura donde no hay acatamiento de ciertas últimas posiciones intelectuales a qué referirse en la disputa. No hay cultura cuando no préside a las relaciones económicas un régimen de tráfico bajo el cual ampararse. No hay cul.