382 APUNTES las que no ha faltado quien descubra semejanzas con el cristianismo; el Manual de Epicteto, recopilación de máximas recogidas por Arriano, donde se nota la reacción de la última época del estoicismo en su regreso hacia la pureza primitiva; y los Pensamientos de Marco Aurelio, que forman una admirable colección de máximas profundas y austeras.
PRINCIPALES RASGOS DEL ESTOICISMO El estoicismo es panteísta: para él el universo no es solamente material, sino que forma un conjunto en donde todos los fenómenos están entrelazados, como si fuera un sér viviente cuyos órganos mantuvieran una intima interdependencia, poseedor de una fuerza que lo anima, una alma que es Dios. Dios es para los estoicos, por lo tanto, la naturaleza misma, es la razón universal, que ellos llaman Heguemonikon del mundo o principio animador del universo.
Esa razón, desprovista de consciencia de sí misma en las plantas y aun en los animales, adquiere esa consciencia en los hombres: es su razón, el Heguemonikon del individuo. En Dios esa razón es una inteligencia universal a la cual nada escapa: no hay sitio, pues, para lo incierto; el determinismo es riguroso.
De ese determinismo arranca la doctrina cosmológica del ciclo eterno, según la cual