876 APUNTES Carta de Nietzsche a su madre Basilea, 21 de setiembre de 1875.
Mi querida y buena madre: Ya desapareció tambien nuestra buena tía, dejándonos aún más solitarios. Envejecer e irse quedando solo, parece ser una misma cosa. Por último, nos quedamos solos con nosotros mismos, y nuestra muerte hace mayor la soledad de otros.
Precisamente porque apenas conocí a mi padre y tengo que formarme una idea de él por lo que de él me cuentan, eran para mí sus más cercanos parientes algo más de lo que suelen ser en general los que lo son en tal grado.
Me alegra el pensar que todas mis tías mantuvieron firmemente su carácter personal y ori.
ginalísimo hasta la más avanzada edad, y que tuvieron la suficiente fuerza para depender lo menos posible de las circunstancias exteriores y de la dudosa benevolencia de los hombres. Me alegro de ello, porque esta es la cualidad racial de los que se llaman Nietzsche, cualidad que yo también poseo.
Tal es la razón de la gran simpatía que me profesaba la que ha muerto. Sentíase emparentada conmigo en lo principal, en la esencia fundamental nietzscheana, y yo honro su memoria deseando en lo más profundo de mi corazón no abdicar de mí mismo, esto es, del espíritu de mis padres, cuando llegue, si llego, a viejo.
De Repertorio Americano