350 APUNTES desde el nacimiento. Permítaseme otro relato del mismo género, también relativo a mi infancia.
Tenía yo entonces cerca de seis años y guardo un recuerdo clarísimo del lugar y circunstancias en que el hecho se pasó. Me parece verlo.
Había en esa época un músico Jadin, padre, si no me engaño, del pintor Jadin, de las cazas y jaurias.
Mi madre quería mostrarle al chiquillo discípulo y rogó a Jadin que viniera a casa. Tengo, le dijo cuando llegó, un muchachito que me parece bastante bien organizado para la música.
Si usted tiene la bondad de someterlo a alguna prueba de percepción musical, creo que va a interesarle.
Jadin se sentó al piano. Mi madre me colocó en el fondo de la sala, vuelto hacia la pared, como un niño castigado, y dijo a Jadin. Ahora puede usted, si gusta, improvisar, preludiar, tocar lo que se le ocurra, y el muchachito le dirá en qué tono toca usted y el tono a que pase usted sucesivamente. Lo que se llama en música modular. Jadin se quedó sorprendido de la exactitud con que seguí y le señalé las diferentes modulaciones que había atravesado su improvisación en el piano.
No habría que concluir de ahí, que una cultura precoz del oído sea suficiente para hacer un músico en el orden de la composición; pero es seguro que se puede iniciar el oído a la lengua musical del mismo modo que a la lengua hablada, y desarrollar así el sentido musical en un gran número de niños, y que, en todo caso, ciertas aptitudes latentes pueden abrirse paso gracias a los cuidados que se les haya dispensado desde la primera infancia.
He visto en mi vida muchos ejemplos de lo que sostengo. He conocido niños que cantaban falso porque sus madres o sus nodrizas cantaban falso les habían falseado el oído. Porque no es la voz la que