336 APUNTES quiera, y sobre ella nosotros agregaremos tres versos para formar un chispazo.
Diciendo esto, Pombo le entregó un periódico a Fray Candil. Este lo desplegó y leyó. Nos escriben de Mónaco.
Inmediatamente, como si tuviesen una lección aprendida, los demás fueron echando este diálogo, que formó el siguiente chispazo: Fray leyendo. Nos escriben de Mónaco Soto Borda que el zar está elefanciaco; Defrancisco y la razón se adivina, Pombo. pues vive con la zarina Una aurora triste. Dos o más veces he traído a esta sección el nombre del doctor Federico Jaramillo Córdoba, orador tempestuoso y poeta de inspiración doliente y conmovedora.
Aún en mis recuerdos de niño se destaca, con lineamientos vigorosos, una canción que en Antioquia hizo llorar a dos generaciones de adolescentes. Fue escrita por Jaramillo Córdoba cuando murió su esposa y prima hermana, doña Pascualita Muñoz, quien, como su esposo, llevaba en las venas la misma sangre del héroe de Ayacucho.
Federico Jaramillo Córdoba, como Balart y como Diego Uribe, publicó un libro de elegías a su esposa, muerta en la flor de la edad, y el recuerdo de esa muerta querida lo acompañó hasta la tumba. Inútil es decir que en mi lejana