334 APUNTES Suéltelo, chatico le suplicó Diego que él no vuelve a hacerlo. No puedo soltarlo, doctor repuso el policial más humanizado.
El muchacho seguía llorando; Diego se acercó soslayadamente al policial, le apretó la mano y le dijo. Suelte al chinito, señor agente, que él no vuelve a ser malo. el policial, mientras con disimulo guardaba en el bolsillo un billete de a peso, contestó sonriendo maliciosamente. Por ser cosa suya, doctor, suelto a este chino; pero si usted no me hubiera argumentado, lo habría llevado a la guandoca.
El muchacho le dio las gracias a Diego y se alejó feliz. Míra me dijo el poeta. mejor que con un pañuelo se enjuga el llanto ajeno con un billete de a peso.
De cómo se hacían los «chispazos. Hace muchos años estuvo en Bogotá el famoso y agresivo crítico cubano Emilio Bɔbadilla, Fray Candil, quien dicho sea de paso no dejó en este país muy dulces recuerdos, tanto por haber publicado una escatológica novela en que calumnia a la noble y hospitalaria ciudad de Barranquilla, cuanto por los muchos embustes que escribió sobre Colombia, de los cuales el menor consiste en