30 pet 1930 309 APUNTES Recobrándose luégo algún tanto. Os sorprendo continuó y os aflijo; pero perdonadme. no es la primera de las virtudes, si es que hay virtudes, la verdad? Sobre este solo punto no podremos entendernos nunca; de consiguiente no hablemos de él. Vos habéis sido educado por una madre piadosa en el seno de una familia cristiana: vos habéis respirado allí, con la atmósfera, las santas credulidades del hogar; os han conducido de la mano a los templos; os han mostrado imágenes, misterios, altares, y os han enseñado oraciones, diciéndoos. Dios está allí, que os escucha y os responde. Lo creís.
teis, porque entonces no teníais edad para examinar. Luégo habéis dejado a un lado esos juguetes de vuestra infancia para imaginar un Dios menos pueril y menos afeminado que ese Dios de los tabernáculos cristianos. Pero siempre ha quedado en vuestros ojos aquel primer deslum.
bramiento: y el día en que os creísteis imbuido, sin saberlo, en la falsa luz con que os fascinaron al entrar en la vida, os quedaron dos debilida.
des de inteligencia: el misterio y la oración. No hay misterio ninguno añadió con voz más se.
gura y solemne :jno hay más que la razón, que disipa todo misterio! El hombre mal intencionado o crédulo es el que ha inventado el misterio; Dios es quien ha hecho la razón. no hay oración prosiguió más tristemente porque de una ley inflexible no hay que esperar que ceda, y