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304 APUNTES Sing Singo en la de Alcatraz, en California. En efecto, se supone con toda mala fe que no existen como posibilidad del futuro, sino los dos regímenes malditos. añade Martin, con justicia. La diferencia de comunismo y fascismo es verbal y accidental, pues tienen en común, ambos, tres principios: Revolución, Dictadura de una facción y Estado Corporativo. Convienen ambos en que hay que destruir por la violencia el aparato democrático y practican el terrorismo del partido que se declara de por sí representante de las masas. Los fascistas hablan de nación los comunistas usan el nombre del proletariado. Lo cierto, dice Martin, es que, aunque fascistas y nazistas hayan tenido al principio el apoyo de los capitalistas, tanto en Alemania como en Italia, los capitalistas y la alta burguesía se han quedado sin las garantías que derivaban de los regímenes constitucionales anteriores y a merced de las conveniencias del partido del poder.
En realidad, es caso de ceguera el que lleva a ciertos industriales a prestar apoyo a movimientos fascistas que, al aumentar con exceso los gastos del Estado por el inevitable crecimiento de una burocracia insolente, preparan su propia ruina económica. El capitalismo tiene razones de sobra para mostrar fide.
lidad a la democracia; nació en ella, al amparo del liberalismo y sólo dentro de un liberalismo a la antigua podría conservar sus privilegios por un periodo más o menos corto. El fascismo no representa los intereses del capital, sino un momento de desesperación de la clase media, que se erige en poder, a fin de vivir de los empleos públicos, después de que la pequeña propiedad rural queda arruinada por el agio de los banqueros y dado que los sindicatos, por lo común, le cierran el acceso a las fábricas. en esto precisamente está la infecundidad del fascismo, en que sólo crea burocracia que se pone a gravitar sobre la