298 APUNTES En un extremo del huerto, los muchachos en el puro barro han construido un mapa en relieve de unos tres metros cuadrados, lo más completo y nemotécnico que he visto. Ríos, montañas, valles, nevados, ciudades, todo admirablemente ejecutado, de suerte que por negado que se sea, basta mirar aquello con alguna detención para darse cuenta de lo que es nuestro territorio.
Con placer pensé que cualquiera de los pequeños obreros que habían ejecutado la tarea conocían mejor nuestra geografía que los que hemos leído muchos libros. la conocían de manera envidiable, alegremente, vivida como por juego, entre cantos y gracejos. Experimenté hasta un sentimiento de envidia! Si a muchos se nos hubiese educado de modo tan espontáneo y grato, quizá tendríamos menos resacas en el alma.
Hemos sido muy apegados a los reglamentos, como si los tales dieran facultades, intensificaran el trabajo o sirvieran para maldita cosa. Quere.
mos buscar eficiencia en los reglamentos, y pensamos que el hombre de alma apocada que a ellos se somete irrestrictamente, es clarísimo varón. Suplimos con las letras muertas del papel el empuje dinámico, y el ánimo gozoso, fecundo y saludable, que no vibra en las neuronas.
Reglamentos en la escuela, en la faena cuo