290 APUNTES Gran artista.
Con los místicos, creyente. Buen cristiano.
Mal católico apostólico romano. en el fondo, senequista.
Con el Cristo de Velázquez mano a mano, dialogó cumplidamente, fervoroso. a los ojos de la gente, sabio, sí, pero orgulloso y demente.
Para no estar inactivo, el Don Miguel que era escándalo y orgullo de Castilla, hacía pajaritas de papel o modelaba esferas de masilla. sus dedos inquietos, de patán, hundiéndose en el fondo del bolsillo, se movían febriles, con afán de abejas bullidoras.
Cazurro, sentencioso, con su filosofía de arriero castellano, dicen que malicioso y envidioso. De qué. Qué envidiaría?
No el ruido mundanal y cortesano.
Por la ciudad sentía el áspero desprecio que Ovidio y que Fray Luis.
Sordo al halago del aplauso necio, pero atento a las voces de Paris, avizorante, inquieto, buceando la tinta aún fresca en página impoluta, iba su plegadera cosechando de libros nuevos sazonada fruta.
Fruta de poesía y de saber.