1038 277 APUNTES tado y quieto, lo cual nos va a permitir contar con fidelidad la conversación habida. Me extrañó tánto verlo salir del Teatro de Variedades el domingo en la noche. Me complace la extrañeza! En domingo, es rarísimo que yo vaya al teatro. Desde muy joven me enseñaron en Europa a huir de los teatros cuando hay aglomeración de personas. Pocas cosas son más nocivas. Procuro ir a las horas de menor concurrencia, entre semana. No me importa que me tomen por un desocupado. Pri.
mero la salud, y después, entre ser tomado por ignorante o por desocupado, prefiero esto último.
Además de buen aire, el domingo pide apacibilidad y descanso. El teatro es muchas veces un placer, pero nunca un descanso. Ya me figuro el placer que le daría a usted La Vida de Zola. Un placer bastante amargado! un testigo directo de la tragedia de Dreyfus y admirador vehemente y conocedor de Zola, en alma y cuerpo, la famosa película tenía que parecerle muy por debajo de la realidad. Zola particularmente, su ideal, su obra y su persona física han sido empequeñecidos y, en algunos pasajes, hasta ridiculizados.
Don Elías baja la voz. Habla consigo mismo unos segundos y exclama por fin. Mire usted, que un artista ha de ser muy osado para querer imitar a un personaje a quien nunca vio ni oyó!
MENU