1038 APUNTES 249 Desde ese día me unió con su padre una cordial amistad, y siempre, en mi carrera literaria, tuve los estímulos, los consejos y las suaves censuras de don Tulio Ospina, cuya modestia hizo que fuera de Antioquia no se le conociera como lo merecía; pero para dar la idea de su talento y de su ilustración ilustración que bien podría llamarse sabiduría. baste recordar que el gran Camilo Flammarión lo citó elogiadoramente como uno de los sabios de la América española y como una autoridad en astronomía. va la del doctor Esteban Jaramillo.
Esteban Jaramillo, que figura, con sobradísima razón, entre los colombianos más ilustres, nació como nacemos todos, o al menos como nacíamos en mi tiempo: llorando; pero él lloraba más que todos, sin que los historiadores y astrólogos hayan podido averiguar si ese llanto desaforado era hijo de que presentía que en el futuro iba a oír por radio discos yanquis y a ver películas de revistas, o por lo muy enclenque que el angelito estaba.
Porque nació tan enclenque Esteban Jaramillo, y tan feito confesémoslo de una vez aunque después dio la vuelta y se volvió un cachaco muy transitable. que su padrino, el respetable patriarca don Nemesio Arango, el día de bautizarlo, le preguntó a la santa señora madre del catecumeno: ¡Comadre, por Dios. Usted qué va a hacer con este muchacho tan flacuchento. Voy a criarlo para presidente de la repúblicacontestó sonriendo la venerable dama.
Casi fue profetiza. Si su hijo aún no ha sido presidente, por lo menos lo merece; todavía puede serlo