242 APUNTES Estos bienes materiales, que por su naturaleza son limitados y que en las sociedades mejor organizadas están bien distribuidos entre los individuos, no son los bienes principales para el objeto de la vida humana, como lo son los bienes del espíritu; son indispensables para la vida, pero no para el objeto de la vida; son formativos de la personalidad física, pero no de la personalidad moral.
10. En las sociedades humanas los individuos difieren los unos de los otros por su grado de educación, por sus dotes físicas, por sus inclinaciones naturales y por muchas otras cualidades que los distinguen; así, las necesidades de estos individuos son diferentes en unos y en otros, y la consiguiente posesión de bienes tiene que ser, por tal motivo, muy desigual. Pero esta variada condición de los individuos es ventajosa para la sociedad que forman, porque los servicios que mutuamente ellos se prestan son también variados en la proporción de la misma desigualdad. Si todos tuviesen idénticas inclinaciones, todos harían las mismas cosas, todos poseerían bienes iguales en cantidad y en calidad; no estarían los hombres en condición de prestarse mutuos servicios si todos ellos tuviesen idénticas inclinaciones, idénticas facultades físicas y morales, idéntica jerarquía social y las mismas necesidades.
11. De modo general, no parece mal establecer que el trabajo es un placer, toda vez que llega a su objeto, y que es un dolor si este objeto se aleja no respondiendo al esfuerzo realizado para alcanzarlo.
Para que el trabajo dé al hombre un positivo