220 APUNTES vo Un rasgo de Vergara y Vergara. Desde mi le.
jana infancia el nombre de don José María Vergara y Vergara me era familiar, porque mi madre me cantaba a menudo unas seguidillas dolientes del excelso autor de la Historia de la Literatura de la Nueva Granada: Otro día se vieron sus dos ventanas abiertas a las brisas de la mañana: era que adentro todo las mujeres estaban velando un muerto!
Era la dulce niña que reposaba sobre su blanco lecho de rosas blancas y en torno ardian cuatro cirios más blancos que sus mejillas!
Por eso, con el recuerdo de aquellas dolientes seguidillas que mi madre me cantaba, viene siempre a mi memoria el de la condal figura del poeta; lo que hace que esté yo doblemente agradecido al caballero que, con el seudónimo de Areizipa Jr. me remite los datos para esta anécdota; datos que, por considerar yo discreta y acertadamente escritos, copio casi textualmente, con los ligeros cambios que exige el tono general de esta sección.