APUNTES 209 Así, en su «vida humilde de trabajos fastidiosos, que no son por cierto fáciles, sino que exigen «muchísimo amor. doña Raquel envejece dulcemente.
Ella no deseó en lo más mínimo su destino prodigioso, pero tampoco le ha huído. La política le sigue disgustando siempre. Es la política quien llevó a su marido a la prisión once veces, y es también la política la que pone en peligro de muerte a Bruno, a Vittorio y al esposo de Edda, aviadores de una escuadrilla cuyo nombre, La Disperata, hace temblar a su madre. Es la política quien colocó a Benito Mussolini a la altura del trono.
Pero estas grandezas no tienen nada que ver con la dicha sencilla deseada ardientemente por Raquel. Le parecen menos seguras que «una buena situación. Como Leticia, la madre de Bonaparte, la mujer del César está tentada a menudo de decir, moviendo su pensativa cabeza. Dios mío, con tal que dure esto!
Pero su ternura impone silencio a sus inquietudes.
Y, muda, con el corazón apretado, escucha el paso de las legiones en marcha.
Luis DELAPREE Hotel