APUNTES 201 bros. Lleva en los bolsillos algunos libros. Yen los brazos la caja de su violín. Buenos días, Raquel. Buenos días, señor Benito.
Mussolini se detiene y observa despacio a la muchachita. Hace años que la conoce. La había visto cien veces, pero no la había mirado jamás.
Es rubia y fresca y tan sana que úno se siente rejuvenecer sólo con posar sobre ella los ojos.
Raquel enrojeció ante la mirada audaz del violinista revolucionario. Benito vio que le temblaba la garganta. El no se equivocaba ante tales sig.
nos. Raquel le dijo. se besa siempre al hijo de la casa cuando retorna.
Cuando llegó la noche, Benito y Raquel fueron a pasearse a la luz de la luna, por los oliyares.
Se le habían presentado a Benito muchos partidos ventajosos. Pero él miraba por encima del hombro a las hijas de los campesinos ricos.
Se había cruzado por entonces en su camino una muchacha maravillosa con talle de parisien y con unos ojos de ángel de Rafael: una institutriz que tocaba el piano, recitaba poemas de Carducci y hablaba francés como una gran dama.
Benito dio con ella algunos paseos sentimentales. Compuso para esta muchacha una romanza: