APUNTES 165 La enseñanza de la Historia En la Tribune de Ginebra de de agosto de 1936 he leído un artículo de Marteau que voy a resumir: Muy mal le ha ido a la Historia en el mundo: atacada por unos, desde Taine y Fustel de Coulanges hasta Paul Valéry, quien ha llegado a decir de la Historia que es «una ciencia funesta e inútil, de la cual puede sacar úno las demostraciones que desee. ensalzada por otros. videntes a la manera de Michelet, Ranke, Winogradof, que entre dos toneladas de errores, echan un puñado de verdades relumbrantes. Los historiadores están divididos en dos campos, que ni siquiera se detestan, pues los unos ignoran a los otros: los ensayistas y los especialistas.
Los primeros se entretienen en sacar de una nada admirables teorías seudo filosóficas; los segundos se entretienen en injuriarse entre sí por detalles sin importancia (la autenticidad de una carta de Cavour, por ejemplo. Las sociedades de Historia son probablemente, en nuestros días, los grupos en que se encuentran las gentes más ridículas. Por otra parte, el tiempo aprieta. Los políticos y los demagogos se han apoderado de la Historia. Cómo arrancarles esta arma? Urge, pues, la reforma de la enseñanza, a fin de que el pueblo aprenda bien las dos lecciones máximas: la de que el Estado está hecho para el individuo