APUNTES Un rasgo de Vergara y Vergara. Desde mi lejana infancia el nombre de don José María Vergara y Vergara me era familiar, porque mi madre me cantaba a menudo unas seguidilias dolientes del excelso autor de la Historia de la Literatura de la Nueva Granada: Otro dia se vieron sus dos ventanas abiertas a las brisas de la mañana: era que adentro las mujeres estaban velando un muerto!
Era la dulce niña que reposaba sobre su blanco lecho de rosas blancas y en torno ardian cuatro cirios más blancos que sus mejillas!
Por eso, con el recuerdo de aquellas dolientes seguidillas que mi madre me cantaba, viene siempre a mi memoria el de la condal figura del poeta; lo que hace que esté yo doblemente agra.
decido al caballero que, con el seudónimo de Areizipa Jr. me remite los datos para esta anécdota; datos que, por considerar yo discreta y acertadamente escritos, copio casi textualmente, con los ligeros cambios que exige el tono general de esta sección. Don José Mart esta ciudad, en la 16 y 17.
Cierta noche comer, en su gabir sarle que unos sol estaban rondando Vergara, la que le Dofia Inés era general Mosquera, rante la guerra, en veres y cuanto esta Supo esto el casa de la señora de don Guillermo caballero y activo ción, don Pablo Don Guillerm Vergara y Vergara, a la casa de doña peccionara todo y tos comprometedor Don José Mar zón de su tía, salib a la casa de ella, Apenas llegó Terán, sumamente aquél insistía en e razones, lo hirió