APUNTES APUNTES 217 eslizaba rápidamente río abajo, do, que era persona de gran abía hacer versos o, al conDero acarrea lo principal en las vía hacer versos pero que era talento se sintió de sopetón ndo de hito en hito las fulguora, empezó a improvisar: o, de verde, y de nácar, y jazmin. la musa y, con el fin de repitió: 3, de verde, y de nácar, y jazmin.
demonio de la musa estaba rela mente de su amartelado cual el señor Pardo Rivadeentórea, que despertó las on.
as nayades de la orilla y las oscaje, termino asi la muy suestrofa: ntos matices, colores nos al fin!
Un quijotismo de José Eustasio. José Eustasio Rivera no fue solamente inspiradísimo poeta y gran novelista, sino que su corazón no era in ferior a su cerebro y tuvo rasgos de hidalguía a linde con el quijotismo.
Todos tienen a Rivera por un hombre práce tico que hacía bellísimos versos; por un viajero que escribió una de las más hermosas novelas de la lengua castellana; pero Rivera fue antes que todo un romántico. esto lo afirmo por vía de elogio, de altisimo elogio, porque el romanticismo está en la sangre latina, y si es Isabel de Segura y Diego Marsilla en Teruel, también es Bolívar en Junín.
El día en que desaparezca de la tierra el roman ticismo tendrán que andar con el arma al brazo los hombres honrados para defenderse de los pufetazos de ciertos púgiles a quienes jalea el público espeso, y de las patadas de ciertos futbo.
listas endiosados.
Rivera fue, lo repito, un poeta romántico. Su género quizá pudiera llamarse romántico descriptivo o romántico objetivo.
La dulce quejumbre de la torcaz, el silencio so vuelo de la garza, el galopar de los potros en la llanura extensa; las vacadas que mugen, la noche que cae sobre los Llanos, todo tiene un fondo melancólico y romántico. hay que leer este soneto, quizá el más bello de Rivera, para apreciar ese romanticismo: