204 APUNTES El futuro dictador no la oye. Ha cogido un volumen de Leopardi y se abandona al encantamiento mortal de su melodioso pesimismo. Qué soy yo, Raquel Dimelo murmuró de pronto. Como ves, puedo hacer política y no tengo bastante paciencia para esperar los resultados. Quizá he hecho mal en abandonar la literatura. El folletín que dí a Avanti, Claudia Porticella o la querida del Cardenalo, dobló la tirada. Pero, no es eso lo que me interesa. Hacer novelas populares, nó, por misericordia! Era más feliz de albañil. Al menos, se ve lo que se hace, se está seguro de construir una casa.
Al fin Benito se calla y permanece sentado sobre la cama, con las piernas colgantes y los ojos en el vacío.
Entonces ella le habla dulcemente de su in fancia, de su padre, de mamá Rosa y de aquel dia te acuerdas. que condujo los ganzos de Pedrappio hacia el vergel de Joseíto.
El hombre vencido se revigoriza al contacto de los recuerdos. El campesino asfixiado por los libros recobra su valor, encontrando su infancia entre los labios de su mujer.
Doña Raquel, el vientre grávid chaba sonriendo. Cuán dicho no existiera esa Pero la polític nista. doña Raque orgullo que su in en hombre grande Helo aquí con dico Avanti y De ambas cosas una pequeña revue de los soldados it Cogen a Benit meses de prisión Doña Raquel a su casa, como Benito sale de director del Avas más incendiarios.
1914. En un sabe el nombre, mujer caen bajo le servios. La ola de de, crece e inunda Al comienzo, Raquel aprueba cc cuando éste protes Entonces cogía el violín y se ponía a tocar romanzas, con la corbata deshecha y su hermosa cabellera inclinada sobre el instrumento, como si fuera sobre el seno de una mujer.