PUNTES APUNTES 201 Este Benito piensa es un Cuando nos mira no sabemos No es extraño que todas las eblo corran detrás de él. No car el violin como él. Seguro ganaría más dinero que con periódicos. Pero, cualquiera le. la cabeza!
emprendió de nuevo con su con dejo mis triste: ormito sul nudo terreno.
Edo sobre el desnudo terreno. una voz fuerte terminó el bros. Lleva en los bolsillos algunos libros. Yen los brazos la caja de su violín. Buenos días, Raquel. Buenos días, señor Benito.
Mussolini se detiene y observa despacio a la muchachita. Hace años que la conoce. La había visto cien veces, pero no la había mirado jamás.
Es rubia y fresca y tan sana que úno se siente rejuvenecer sólo con posar sobre ella los ojos.
Raquel enrojeció ante la mirada audaz del violinista revolucionario. Benito vio que le temblaba la garganta. El no se equivocaba ante tales sig.
nos. Raquel le dijo. se besa siempre al hijo de la casa cuando retorna.
Cuando llegó la noche, Benito y Raquel fueron a pasearse a la luz de la luna, por los oli.
vares.
hérica si lunga, si larga, fiume e montagne, ria di noi Italiani Bato paesi e cita.
Fica tan larga y tan ancha, atra montañas, con la industria de anos hemos fundado países y Se le habían presentado a Benito muchos partidos ventajosos. Pero el miraba por encima del hombro a las hijas de los campesinos ricos.
Se había cruzado por entonces en su camino una muchacha maravillosa con talle de parisien y con unos ojos de ángel de Rafael: una insti.
tutriz que tocaba el piano, recitaba poemas de Carducci y hablaba francés como una gran dama.
Benito dio con ella algunos paseos sentimenta les. Compuso para esta muchacha una romanza: Tvio. Dios mío, era el!
barba negra sobre sus hundidas brillantes bajo el ala del gran pelerina flota sobre sus hom