puntes Apuntes 507 me examinó y diagnostico debia atslårseme para evitar el alumnos.
prar los padres lazaristas una ario, la cual demolieron en par io patio de recreo, del cual caedaron sin demoler unas piezas para el seminario mayor. e trasladaron y aili tuve que lente solo hasta que el médico pia peligro de contagio. más de 15 dias y yo no veia iba diarlamente y al sirviente mida, pues ni a mis hermanos is 10 años, me dió el sarampión epidemia que hubo, en la cual mis hermanos.
que esa enfermedad no repeuber al médico, pero éste sosue el único caso que se presentó io sufri de dolores de miela ra resistir las extracciones, que lor y a veces con mucho doian los anestésicos.
inario, me empezó a doler una erior izquierdos. Pedi permiso panado de alguno de los paa. Estaba también con dolor nge, que era uno de mis más y el rector ordenó al padre is llevara donde un dentista.
que habla en San José era un alemán de apellido Van Patten. Era un viejo de alta estatura y fraco.
Cuando ibamos a la dentisteria, Monge me dijo. Eso sí, yo me hago sacar primero la muela, porque si tú gritas no hay ni peligro de que yo me la deje sacar. Yo nunca grito cuando me sacan muelas, le contesté, pero puedes hacerte sacar la tuya primero.
La muela que le dolia a Monge estaba floja y era de una sola pata; sin embargo, cuando se la ex trajo el dentista pegó un berrido como si lo estuvieran matando Me tocó el turno y Monge se situó al frente de la silla. Le señalé al dentista la muela; éste la tocó con el dedo como para saber si estaba floja. Me hizo recostar la cabeza, y con los dedos indice y pulgar de la mano izquierda, me sujetó la cabeza apoyando los dedos sobre el maxilar superior. Introdujo el gatillo, agarró la muela y empezó a quererla mover y a dar tirones. Monge que estaba al frente hacia mil muecas, sobre todo cuando el dentista daba un tirón. Diez y sels tirones dió el dentista. Al último senti como si me hubieran arrancado la cabeza. Sacó el dentista el gatillo y me dijo. Esto es lo mejor que ha podido suceder, pues la muela tenia tres patas agarrando el hueso de la Es usted muy valiente, pues le tuve que dar 16 tirones para extraerla. En el sitio de la muela quedó un hueco enorme; el dentista empapó un gran trozo de algodón en un liquido verde y me taponeo el hueco. Este algodón no se lo quite, me dijo, y viene todos los días para cambiarselo hasta que esté sano. Así lo hice.
Durante tres dias me quedó en las mejillas ia se