454 Apuntes en una cantina vecina y de alli oímos la retreta Pocas veces volvimos a ver a mister Trece y después supimos que murió algunos meses después de su ilegada.
Los dos españoles pusieron un buen almacén de abarrotes y les fue muy bien en su negocio.
Ocho dias después de nuestra llegada a San José, llegó el equipaje y pudimos cambiar de ropa. Fue una imprevisión nuestra el no haber llevado a mano siquiera una muda de ropa, pero no teniamos en qué li varla, porque en ese tiempo no se usaban las maletas de viaje y las monturas que nos dieron no tenian alforjas, La demora consistió, según informó el carretero, en que a uno de los bueyes lo picó una araña venenosa y no pudo continuar la marcha.
Inmediatamente después de nuestra llegada, mai padre fué a hablar con el superior del seminario, el padre Juan Bautista Malezieux.
Complacidisimo se manifestó el padre Malezieux al saber que estábamos alli. pues mis dos hermanos mayores habian sido alumnos del seminario de Popyán. Aun cuando ya el año escolar estaba avanzado.
no puso ninguna dificultad para recibirnos.
El señor Calderón se encargó de conseguir los catres, colchones, almohadas y todos los demás aperos que exigen a los alumnos.
El Conde Patricio Ya he dicho que entre los pasajeros que iban en el buque que nos llevó dor italiano de fama Patricio. Ese señor gran material de pro Todos los baúles de adornados con los reti ha avisos enormes qu Conde Patricio.
Como nos hicimos ayudantes del Conde sos en las calles, yo le trada segura a las fun do se estrenó, ya habe pudimos verlo trabajar Conde una entrada pa Naturalmente, un placiente como el Co a bordo. él no le gus pruebas, pero cuando Un dia estábamos el Conde llamó a un Traigame azúcar poco rato se apa rera. El Conde la dest. Le he pedido azu ra vacía. El sirviente Conde le dijo. Es que usted en car a los bolsillos.
Inmediatamente el