Democracy

Apuntes andes Figuras umpa estos dias la versión francecritor checo Karel Capel Converyk. que recuerda las conversaciofiel Eckermann ratos del patriarca y del rector de ste de Capel es el más vivo y el más gozosa. En marzo de 1935 dente los ochenta y cinco años, y y seis, sigue llevando sillares a la de los tiempos nuevos umente, la hora de acostarse sobre cuando se es, como Masaryk, antes combatiente, un obrero al servicio en marzo de 1935, en un banquete, inoso con que sueña con el mismo inta años. Luego de forjar la in pueblo planea Masaryk un régimen que repose sobre la unidad del donde las utopias de hoy son las y no abre su corazón ni a la ciuda carna como en los mediodías de su dad, la fe que milita de sol a sol el a las ideas que confortaron su e adversidades, entre las cuales la insidiosa. Se desterro de sus propios s; pero los lares, libres ya, no son Apuntes para el luchador cuarteles de invierno. Hay que ganarle dia a dia a la libertad hitos nuevos y descansar peleando. Lo cree Masaryk asi, y como otro anciano glorioso, Clemenceau, morirá en pie para descender verticalmente a la tierra madre.
Respiran dignidad antigua las palabras con que agradeció el homenaje de sus compatriotas: No he descubierto en el Poder ninguna norma que no se ajuste las que he amado siempre. Los criterios de moralidad que rigen para el individue rigen para el Estado, y quien se entrega a distingos, no se comporta como bueno. Tengo fe en la democracia, y la certidumbre de que imperará de nuevo en el mundo no vacila. El fin del Estado no puede ser el Estado mismo, y la consciencia individual no debe inmolarle sus principios. Porque el Estado no es el fin del hombre, y el hombre si el fin del Estado. El confundir las dos cosas ha traido gran perturbación a nuestra poca. Hay tiempo de rectificar conforme a las prácticas liberales, que han sido, y ojalá lo sean siempre, el honor de Europa.
Lo han sido y lo son, pero el propio Masaryk que lo proclama se dolia hace meses de la lentitud anacrónica del Parlamento, lentitud aplicable a la burocracia y a la administración de justicia. Hay que perfeccionar, sin duda, los usos liberales; pero el régimen de autoridad los deroga antes de enmendarlos.
En las conversaciones con Masaryk de Karel Capel, memorias habladas que sorprenden por su animación y por su relieve plástico, la profesión de fe libe