Apuntes Apuntes 433 sa teatral. Mi jefe me pidió que a Mark Twain, para que presenta en una próxima función de beneel escritor me diera una cita, y, presa de gran nerviosidad ante entrevista con el gran humorista.
de darle cuenta de mi cometido lo sible. Se trataba de tan gran hom muy ocupado, y no iba yo a hacerle te su precioso tiempo.
arde en punto, que era la hora de en la vieja casona de ladrillos a. Mark Twain en persona vino a Adelante. me dijo en tono corBernhardt, eh? Voy a contarle ver con ella. Cuando yo era niño Mi madre sugirió que fuéramos costaban cinco dólares y mi padre amos mejor tres billetes de antisólo tres dólares cada uno. Por a la casa, a hacer trabajos eren hermanas francesas, muy pobres, la llegada de la Bernhardt stura hacer unos vestidos. Mi madre ente las pobres mujeres no ginamer de un modo satisfactorio y mi deberianos despilfarrar el dinero ko había gente que tenía hambre.
equiar a aquellas mujeres nuestros agregaron otro, y con los diez dólares resultantes compraron dos lunetas y fueron a ver a la Bernharit. el simpático viejo me hizo um guiño con sus ojos expresivos y me invitó a entrar a la sala de su casa. Insistió en que aceptara un cigarro y comentó siguiendo el curso de su amenisima con versación: Eso me hacer recordar otra anécdota.
Cuando me di cuenta de que eran las cuatro, senti terror: había robado una hora de su valiosa vida a aquel hombre y todavia no le habia dicho lo que tenia que decirle. las cinco principié a pensar que yo también era hombre ocupado; pero entonces el torrente de la amena conversación de Mark Twain estaba en su apogeo: me hacia preguntas sobre el teatro, sobre mi experiencia, y menudeaban los cuentos relacionados con acontecimientos de que el mismo había sido autor. las seis principié a pensar en la cena. Tenía que estar en el teatro a las siete. Veinte minutos después, el famoso escritor me acompañó hasta la puerta. He pasado una tarde encantadora. comentó. Siento que tengamos que interrumpir nuestra charla, pero me imgino que usted tiene algo que hacer. Yo también tengo que hacer algunas cosillas Señor Clemens. me atrevi entonces a decir yo realmente vine a suplicarle. Oh, si. interrumpió. Completamente de acuerdo. Apúnteme en el revés de este sobre el lugar y la hora. Alli estare. vino hasta la acera, a despedirme. No olvide. insistió aún. mandarme escrito ese cuento que me refirió. Se lo suplico.