422 puntes los matrimonios, ya demasiado numerosos. En un pais pacífico como Costa Rica. por qué copiar los absurdos códigos de pueblos que ante todo quieren aumentar su carne para cañón? la sociedad le conviene que haya solteros no aprisionados dentro del estrecho marco de los menesteres de un hogar. Estos solteros serán siempre una minoría. pero en ella está la fuerza más fecunda de beneficencia. Los impulsos o instintos humanos que hacen que el casa do piense en los suyos y así conviene que sea se transforman en el soltero en impulsos de filantropia general.
Al hacer las consideraciones anteriores, he apartado mi mente de aquellas personas llamadas solteras porque han hecho a un lado las prescripciones civiles o religiosas, pero que tienen en realidad esposas e hijos debidamente atendidos; y la he apartado también de aquellas opuestas personas inscritas como casadas, pero que no tienen hijos o los tienen abandonados, por incuria o por incapacidad.
En un artículo publicado en La Nación de Buenos Aires (marzo de 1936) y reproducido recientemente en Repertorio Americano, el distinguido escritor Pedro Henríquez Ureña le levanta dos falsos testimonios graves al insigne José Enrique Varona. Dice que arona, desde que comenzó su madurez, se alejó paso a paso de todo positivismo; y dice que, en la vejez, fraternizaba sin esfuerzo con jóvenes socialistas consagra