A puntes 403 Malezieux (que era el rector) y los padres Augusto Saguet y Federico Gamarra. Así pues, mi padre resolvió llevarnos a Costa Rica.
Tuvimos que permanecer en Panamá varios días en espera de algún vapor que fuera a Puntarenas.
Estábamos en cuaresma y el ilustrísimo señor obispo de Panamá, doctor Telésforo Paúl, iba a predicar en la catedral, noticia que nos dio la señora Chari.
En Panamá, si no todas, la mayor parte de las bancas de las iglesias tienen sus dueños, y si éstos no van a alguna función religiosa, nadie ocupa esas bancas, por lo cual la señora Chari nos dijo: En la catedral está la banca de la familia que está de luto y no irá al sermón. Ustedes pueden ocuparla, pues yo le mandaré a avisar a la familia, y por la noche envió un paje para que nos indicara cuál era la banca que podíamos ocupar.
En una de las noches que pasamos en Panamá, como a eso de las p. se formó en la calle un barullo infernal, todo el mundo corría, cerraban las puertas que daban a la calle y gritaban. Revolución! Revolución. Después volvió la calma y no pasó nada; era una falsa alarma, pero se nos informó que eso era muy frecuente allí, donde los gamonales de entonces, entre los cuales recuerdo los nombres de un señor Correoso y un señor Gónima tumbaban presidentes a sombrerazos y colocaban otro que el día menos pensado corría la misma suerte. Esos eran los presidentes de lo que enton