A puntes 401 en Los tales vapores sólo tocaban Buenaventura cada 15 días y a veces cada mes.
Un pasaje de Buenaventura a Panamá (36 horas de navegación) valía casi lo mismo que el pasaje de Nueva York a Colón y los pasajeros eran considerados como carga.
La bandera de la compañía tenía las iniciales que alguien dijo que significaban Pícaros sin ninguna consideración.
Otro decía que tales iniciales significaban Pésima será nuestra comida. a lo cual un empleado de la compañía le dijo. Peor sería no comer! En todo caso no habiendo otros buques que hicieran el viaje en las costas del Pacífico, había que someterse a todas las incomodidades de los buques de esos pícaros sin ninguna consideración.
Fue para nosotros una verdadera fortuna la llegada del Islay, buque que era muy grande y venía por primera y última vez a Buenaventura, porque fue el único viaje en que tocó en ese puerto. Así, pues, nuestro viaje fue con relativa comodidad, aun cuando la comida si era como en todos esos buques, de pésima calidad.
El buque fondeaba a alguna distancia de la orilla y para embarcarse había que tomar canoas. Si la marea estaba baja, los bogas cargaban los pasajeros en tantán y atravesaban el barrizal de las orillas hasta colocarlo a úno en la canoa. Igual operación se hacía para desembarcar con baja marea.