388 Apuntes Aprovechando la ocasión de tropezar con uno de los comparsas de la sociedad, hube de plantearle una serie de preguntas que pueden resumirse así. a quién debe atribuirse la concepción de un programa tan vasto y tan profundo. Es preciso buscar a su animador entre los maestros oficiales del negocio. Será, al contrario, uno de los subalternos casi desconocidos que hacen la política de su causa como tantos secretarios ignorados hacen durante lustros, la política extranjera de una nación?
Ante la perplejidad de mi interlocutor abordé la última pregunta. Será, en fin, posible que un pensamiento tan extenso no haya sido en realidad engendrado por nadie?
Ahí sonrió mi interlocultor confesándome que cier tamente el desarrollo extraordinario del trust no había sido premeditado por nadie, y todavía más, que semejante desarrollo desmesurado, casi anormal, espantaba ya a los administradores del negocio, quienes no osando ni estimularlo ni detenerlo, se contentaban con presenciarlo midiendo su impotencia ante los hechos y sus consecuencias.
Los filósofos del Estatismo, llámense Saint Simon Hegel, sea cual fuere su genio, no bastan para explicar los sucesos actuales.
El Estatismo, desde el principio del siglo XX, es un fenómeno pánico.
Sus teorizantes mismos no llegan a ser los amos del