Marx

360 puntes sable una transmutación total de valores, de modo que una mayor estimación del arte, que el estudio de la ciencia y de la filosofía, que el ejercicio, en fin, de todas las energías creadoras del hombre. ahora esclavizadas. sean el propósito inmediato y fundamental de la organización política.
Sin embargo, si en algo cuenta la experiencia histórica y la filosofía de Marx no es más que la interpretación de experiencias históricas. esta transmutación de valores es justamente lo que no podrá suceder en el desarrollo supuesto por Marx. Las invasiones de los bárbaros en Roma no produjeron gran arte ni gran cultura: produjeron las primeras sombras de la Edad Media. La Guerra de Treinta Años retardó en Alemania todo propósito constructivo, hasta los albores del siglo XIX. La experiencia de nuestro tiempo tampoco es distinta. El idealismo de 1914 sucumbió al empuje superior de las fuerzas puramente destructivas que desencadenó la lucha. ya sabemos cuán débiles y frágiles son los vínculos de la civilización, y cuán improbable es que los robustezca ningún empeño que no sea el de la paz. Sobre este panorama, el conflicto previsto por Marx se levanta ante nosotros como el presagio de los mismos males de que queremos librarnos. Enciende en los hombres los impulsos contra los cuales la civilización es una protesta. Que el mal puede ser destruido con el mal. que somos víctimas de fuerzas ciegas e impersonales contra las que es inútil luchar; que los instintos que