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352 puntes neros de Gales del Sur (Australia. se torna espontáneamente al comunismo en el ambiente de incompetencia y de maltrato creado por sus jefes. el gobierno representativo, por lo menos en su forma clásica, no parece justificar las grandes esperanzas que en él pusieron sus expositores benthamistas. Todos los países que han experimentado el sufragio universal han sufrido una desilusión. Hasta es un lugar común sostener que la razón cuenta poco en las luchas políticas y que hay que confiar en los impulsos irracionales que buscan nada más la satisfacción de deseos individuales. Es posible que haya subido el nivel general de la civilización que excita, por ejemplo, una creciente aversión a imponer penas excesivas; pero nada revela que el conflicto de clases haya disminuido. Por el contrario, los acontecimientos de la última década indican claramente que se ha agravado y que hemos entrado en un período que lataca por su base misma, los derechos de propiedad.
Es por demás indiscutible que el precio que ha pagado el capitalismo para poder sobrevivir, ha sido el ofrecimiento de concesiones que una generación antes huhieran parecido no sólo innecesarias, sino increíbles.
Pero la semejanza de la situación general con el estado de cosas que Marx preveia, no justifica suficientemente los principios en que éste se fundaba. En primer lugar, la organización de una revolución es hoy un problema distinto de lo que era en los días de las barricadas de París. Es posible que una población civil enfurecida logre derrocar un régimen que carece