336 puntes La superstición de los poderes ocultos de los sueños no es patrimonio exclusivo de los salvajes. Schopenhauer relata lo siguiente: Acababa de escribir una carta y puse la mano sobre el tintero creyendo que era la arenilla para secar lo escrito. El tintero se volcó sobre el piso. Llamé a la sirvienta para que limpiara la mancha. Mientras hacía esto, me contó que había soñado la noche anterior que andaba ocupada en la misma tarea y le dijo su sueño a una compañera; la cual confirmó lo dicho. Esta historia coloca la efectividad de tales sueños fuera de duda.
Para emitir su opinión sobre lo sucedido, el investigador científico querría saber cuántas veces el distraído profesor había volcado su tintero anteriormente.
Es muy probable que no fuera la primera vez que la sirvienta lavara el piso después de un accidente parecido. El hecho es que los que sueñan olvidan el gran número de veces en que no ha ocurrido nada importanto en relación con sus sueños. Unicamente las coincidencias realmente raras de daños, enfermedades o muertes son las que se traen a cuento.
Otro hecho es el frecuente deseo de relatar un buen cuento. Para impresionar a su auditorio, para lograr aderezar una historia dramática, el que soñó, altera más o menos su sueño: agrega nuevos detalles prime los incidentes desfavorables. Conn suLo que pasa con los sueños, pasa también con los