Democracy

324 puntes pues, más que una autoridad y un derecho: la autoridad y el derecho de quien posee la ciencia, y quien la posee, no es la multitud, ni una casta o círculo cualquiera, es uno solo, o, a lo más, dos o tres. La ciencia está ordenada para el bien. Que lo haga aceptar de buen grado el bien o que lo imponga por la fuerza, no importa, con tal de que ella lo realice. Ciertamente, Platón quiere sujetar el hombre a la ciencia y no al capricho de otro hombre, pero su alegato resulta en favor de los regímenes dictatoriales.
Así como hoy los abusos del parlamentarismo y las debilidades de la democracia o de la monarquía moderada, convierten a un número cada vez mayor de individuos en partidarios de una política empírica que se refiere a resultados y no a principios, así el maestro de la Academia griega sacude el yugo de la ley considerada como una reglamentación definitiva y superior de las relaciones humanas. El gobierno ideal será aquel en que la ciencia reine como soberana por intermedio de un rey o de un jefe. estamos cerca del Fühier o del Duce. que la posea plenamente. Este será el Político por excelencia. Mas no siendo casi posible esperar encontrar este fénix, lo que conviene es graduar los regímenes según el campo de acción más o menos grande que concedan a la ciencia.
Veamos qué es esta famosa ciencia. Platón la compara al tejido. Es una función de entrecruzamiento de todos los elementos del cuerpo social. Comienza por estudiar escoger y modelar los temperamentos, sobre to