322 puntes platonismo aparece como un sistema solar de extensión maravillosa. La obra de Platón está compuesta casi exclusivamente de tratados en forma de diálogos, y cada diálogo es comparable a un planeta que da vueltas alrededor de la idea del Bien. Pero las órbitas de estos planetas no son nada regulares: se cortan aquí y más allá y penetran en regiones extremamente distantes unas de otras: moral, arte, religión, metafísica, matemáticas, psicología, política, derecho. Resulta de ello que, si del lugar de observación que cada época constituye, un erudito puede, gracias al telescopio de sus conocimientos, observar, más o menos bien o mal, el conjunto del sistema, los simples curiosos, en cambio, no ven a la simple vista sino ciertos planetas y solamente en la parte de su trayectoria que está cerca de ellos. Así, la Edad Media, que aguardaba el fin del mundo, ha devorado los pasajes del Critias y del Timeo en que estaban descritas las catástrofes cósmicas. El siglo XVIII, enamorado de la psicología, se echó sobre la teoría de la reminiscencia expuesta en el Menón. El siglo XIX, en que se desarrolló tánto el socialismo, escogió la ciudad comunista de la República. del mismo modo, nuestro siglo XX se enardece con el Político, en que está delineada la figura del verdadero hombre de Estado. No decía Guillermo Ferrero la otra tarde, que el problema crucial de nuestro tiempo es el problema político. no lo dijo antes Carlos Maurras, aunque para llegar a conclusiones diametralmente opuestas?