Apuntes 299 que saber también descansar.
ustarse en el suelo boca abajo, 10, si se hace como se debe.
e, como los gatos, con gracia rabaje con la vista, es preciso hora y dar una vuelta al aire ntos ejercicios con los brazos.
de cansancio en la vista, sin ada y sin que el cansancio bien puede ser la muchas personas la nicosculos pequenos de los ojos liéndoles llevar a cabo trabatista. Aunque tal cosa se deba pena de dejar el tabaco, si oria.
fatiga y descansa cas simulproducir grandes males, pero ante de nuestro organismo, si go tiempo, llega a convertirse midad. Las amas de casa y abajan en posturas forzadas, grado que se vuelven irritribuyen a exceso de trabajo, obedece al esfuerzo en que músculos de los hombros y ni cuenta se han dado.
ectores de fábricas permiten misen en medio de sus tareas.
ada cual desempeñe, cada meactividades de las que tiene erviosas, las que más trastorlas causadas por el miedo; diciales, cuando no se sabe a qué atribuirlo. La aproximación de un peligro cuando se ignora la procedencia, produce en el organismo excesiva tensión y pánico. En el preciso momento en que se conoce cuál es la causa que puede producirlo, se empieza a entrar en relativa tranquilidad.
En tales casos, lo mejor es dominarse y raciocinar, para comprender lo absurdo de tales temores En las situaciones difíciles, que pueden prolongarse durante largo tiempo, debe dividirse el problema, para buscar su solución, no en conjunto, sino diariamente, tratando de vencer las dificultades que se presenten cada dia. Es esta la mejor regla de higiene mentat.
Serán motivo de reflexión para todas las personas normales, los experimentos llevados a cabo en tituciones similares de Nueva York y Pennsylvania, en que la música ha obrado verdaderos milagros curativos, en los cerebros desequilibrados. Uno de los enfermos, que había perdido totalmente la me.
moria, la recuperó casi por completo después de haber oido bellos trozos musicales, y cuántos de ellos, furiosos, se han serenado, sólo con oir música, y hasta han recobrado la cordura! Otros han ofvidado sus manias y casi han llegado a la perfecta razón, al reunirse y cantar evocadoras canciones, en coro.
Si tal efecto produce la música en esos desgraciados. cuánto puede beneficiar a los normales, que, al escucharla, se tranquilizan y calman!