I setiembre 282 APOL AP hija; banadas en sangre ambas. En la autopsia no se pudo determinar si las lesiones del cuello, o las del corazón, hablan cousado la muerte de la anciana.
Las heridas que produce una volcadura son de indole muy especial; hay, entre otras, la pelvis des.
trozada, que obliga a permanecer inmóvil varios me ses, con probabilidad de quedarse inválido para toda la vida; la fractura de la columna vertebral, causada por un movimiento brusco o torcedura, con resulta dos análogos. Entre las lesiones de menor importancia, figuran la rotura de las rodillas, los omoplatos astillados a consecuencia de los golpes contra el interior del coche, etc. Després, las lesiones de pronóstico reservado: las costillas rotas que pueden herir el corazón y los pulmones. Cualquier hemorragia interna también es peligrosa, porque llena de sangre la pleurs de vidridele de seguridad no se ha generalizado aún ayuda, más de lo que se cree, al aparatoso aspecto de los accidentes. Cuando ocurren éstos, salta en fragmentos al rostro de una persona, como si fuera lanzado por un potente canón. No se limita a cortar la piel: un trocito de vidrio que pe.
netre en un ojo con semejante fuerza, equivale a la ceguera definitiva. Una pierna o un brazo que salgan a través del parabrisa, quedarán cercenados hasta el hueso, como si fuesen una pieza de res bajo el cuchillo del carnicero.
Los vidrios de seguridad no llenan aún su come.
tido, cuando un vehículo choca con otros objetos, a gran velocidad. Se cuentan relatos pintorescos acerca de como un cuerpo, al ser lanzado fuera del automóvil, abre con la cabeza un agujero en la tierra.
Los restos de los vidrios, por insignificantes que sean, decapitan como la cuchilla de la guillotina.
Algo semejante suceder una cerca, un poste o se encuentran persona deformados y sin zapat aparecen detrás del ce bien amarradas.
Es difícil encontrar valor para narrar su ca por los dolores punzant fracturados los omoplate recho, tres costillas per mente la certidumbre de fantasia: es la cruel rea marse a las 36, 000 victi Al ir por una curva mino resbaladizo, o al conservar la distancia e úno jugándose la vida, menos, exponiéndose a descriptibles.
Hay que imaginarse accidente, cuando el vernos, dice a los que déjenlo ya, y su atenci rido que aún no ha mue Pensando en eso, CL que moderar la velocida