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Арип nt es 263 tado de civilización y de cultura en que vivimos, si no es por la violencia y el engaño, por el fuego y por el hierro, en los siniestros resplandores de la dictadura roja.
Todos esos horrores que para los hombres, para los mismos obreros, para las sociedades, para los pueblos, para las naciones, entraña el Comunismo, han sido sintéticamente considerados para repudiarlos, dentro del más alto criterio de civilización y de cultura, entre tantos apóstoles de la democracia liberal, por una de las personalidades más acreditadas en el mundo moderno, por la superior mentalidad de Nicolás Murray Butler, gran orador y profundo escritor americano, Presidente de la ilustre Universidad de Columbia de los Estados Unidos de América, apreciada entre las mejores de la Tierra. La doctrina de la lucha de clases, dice Butler. es el tema de las salvajes enseñanzas de Carlos Marx, hombre consumido por la pasión del odio, de quien se ha dicho con razón. No tenía religión, pues su padre le hizo cambiar del judaísmo al protestantismo a la edad de seis años; y él abandonó más tarde el protestantismo por un ateísmo agresivo al llegar a la virilidad. Era el hombre exacerbado por la persecución, rabioso por el antagonismo, mordaz por la adversidad, irritado por el sufrimiento. Su pasión dominante e inspiradora era el odio en su forma virulenta y peculiarmente germánica. Era el odio lo que le impulsaba a su enorme labor literaria; era el odio lo que determinó su selección y eliminación de hechos históricos para su descripción falseada de la Inglaterra industrial; era el odio lo que fijó sus principios económicos, retorció sus argumentos, vició sus conclusiones. El capital (1867) es el testamento impere