A punt es 183 ticamente, existe hoy menos libertad en Rusia que en Egipto en tiempo de Sesostris. Crecen los armamentos y se hipertrofian las fábricas de tanques, de bombas y gases mortíferos y de ametralladoras.
Con razón ha dicho el gran ministro inglés Baldwin que Europa es como una casa de locos. mientras tanto hay algo que no sé detiene, que prosigue y se agiganta: la Ciencia.
Los hidroaviones llegan a hacer 750 kilómetros por hora. La estratoesfera es explorada y se averigua la composición del aire a 18 kilómetros de altura. Se conocen mejor esos extraños rayos cósmicos que pueden atravesar espesas capas de plomo. Las distancias entre los continentes se achican y los hom.
bres de todo el globo se avecinan, gracias a las maravillas de la aviación, de la telefonía, de la radiodifusión, del cinematógrafo que inventaron dos fran.
ceses: Marey y Lumiére.
En cuanto a los progresos teóricos, sus pasos son quizá más sorprendentes que los de los progresos industriales.
En el campo de lo infinitamente grande, se han fotografiado nebulosas a distancias asombrosas, se ha medido la velocidad con que se alejan de nosotros y hasta sé ha estudiado su naturaleza química.
En el campo de lo infinitamente pequeño se ha explorado el mundo de los átomos, tan pequeños, que hay varios millares de millones en un centésimo de miligramo de hidrógeno. se ha explorado el mundo de los electrones de que están formados los átomos. Se calcula ya el número, la masa y la velocidad de los electrones. Si alguno de ellos se desprende del sistema planetario minúsculo a que pertenece, se producen fenómenos de radio actividad,