134 pun es menos que la madre reciba alimentos ricos en agentes minerales, y que reciba diariamente los benéficos rayos del sol.
Se ha logrado producir raquitismo en animales cuidadosamente alimentados, con sólo sustraerlos de la acción del sol, inversamente, se ha conseguido evitar la enfermedad en otros animales que, aunque sometidos a una alimentación inadecuada, fueron expuestos al sol.
Es indudable que el sol es la mejor de todas las fuentes de luz en aquellos lugares en que puede disponerse de él. Cuando no se puede disponer de la luz solar, los rayos ultravioletas pueden obtenerse artificialmente por medio de la luz de arco voltaico, los filamentos metálicos y la lámpara de cuarzo de vapores de mercurio. de Kromayer, en la cual se emplea el cuarzo en vez del cristal, porque el cuarzo carece de efectos absorbentes, mientras que el cristal, como ya he dicho, absorbe los rayos ultravioletas.
La aplicación de rayos ultravioletas debe estar encomendada a especialistas, pues las aplicaciones demasiado repetidas o prolongadas podrán resultar nocivas solidificando demasiado los huesos en su forma viciosa. La irradiación regular con luz artificial presenta sus dificultades: los enfermos que la necesitan son por lo general pobres que no pueden sufragar gastos ni tienen tiempo para llevar su hijo al médico, dos o tres veces por semana. Afortunadamente, hoy día la ciencia ha logrado solventar esas dificultades, puesto que podemos, sin necesidad de aparatos costosos ni de especialistas en la materia, poner los rayos ultravioletas en boteilas y administrarlos por la boca.
Tratando de medir el poder antirraquítico de las diferentes grasas, cosa fácil de ejecutar desde que